Cuando escuchar también forma parte de la experiencia
Durante nuestra participación en IMEX, decidimos hacer algo diferente. En lugar de hablar, invitamos a las personas a ser escuchadas.
Creamos un espacio interactivo en nuestro stand con una única pregunta:
¿Qué hace que un evento sea verdaderamente inolvidable?
No dimos sugerencias ni ejemplos. Simplemente invitamos a los visitantes a escribir libremente sus ideas en nuestra pared. Las respuestas fueron muchas, espontáneas, honestas y personales. Y al leerlas todas, descubrimos algo revelador.
Entre cientos de frases, ciertas palabras comenzaron a repetirse. No porque las hayamos sugerido, sino porque reflejan lo que realmente importa para quienes viven, organizan y valoran los grandes eventos.
Cinco palabras que lo resumen todo:
🔹 Conexión – La más mencionada. Los eventos importan cuando nos hacen sentir parte de algo. La conexión entre personas, culturas, ideas y propósitos compartidos es el corazón de todo encuentro.
🔹 Creatividad – Una constante. Los asistentes valoran la capacidad de sorprender, romper la rutina y emocionar a través de ideas originales y narrativas poderosas.
🔹 Excelencia – No como perfección, sino como compromiso. Hacer las cosas con profesionalismo, cuidado y pasión. Que parezca sencillo, porque cada detalle está bajo control.
🔹 Detalles – Lo pequeño que cambia todo. La temperatura justa, un mensaje inesperado, una bienvenida cálida, la música adecuada. Los detalles no son decoración, son parte de la historia.
🔹 Personas – Porque en el fondo, ningún evento se trata solo de logística. Se trata de emociones, experiencias compartidas y recuerdos que se crean entre personas.
Esta acción sencilla nos recordó algo muy valioso: escuchar a la industria también es una forma de innovar. No siempre se trata de tendencias globales, nuevas tecnologías o formatos. A veces, las ideas más poderosas están en las palabras que usa la gente cuando habla desde su experiencia real.
Gracias a todos los que se tomaron el tiempo de escribir, compartir y co-crear este momento de reflexión colectiva.
A través de sus respuestas, volvimos a lo esencial:
Un evento inolvidable no se mide por su escala, sino por su humanidad.